13 dic 2012

Las águilas y las tormentas








Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: Correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (Isaías 40:31)

Dicen los observadores de las aves que las águilas saben que se acerca una tormenta mucho antes de que empiece. 

Por eso, si están en pleno vuelo van a un sitio más  alto para esperar los vientos que vendrán.

Cuando la tormenta comienza, colocan sus alas de tal modo que el viento las lleve por encima. Simplemente la utilizan para elevarse más alto, usan los vientos que trae la tormenta y hasta pueden llegar a su nido con mayor velocidad, si es allí que se dirigen. 

Como las águilas, todos nosotros también pasamos por tormentas, la vida tiene sus nubarrones y también vientos que pretenden cambiar nuestra dirección. Pero si reaccionamos a esas tormentas de la manera correcta, podemos usarlas a nuestro favor.

Por ejemplo, para trabajar nuestro carácter, ganar en paciencia, aprender a delegar el control y valorar más nuestros logros, por citar algunos de los beneficios.

Las tormentas no tienen que desviarnos. Con la actitud correcta podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas, que nos eleve para pasar por arriba de esas circunstancias.

¿De qué depende que seamos capaces de volar más alto durante las tormentas?

Debemos pedirle a Dios que él nos permita reaccionar correctamente frente a las tormentas de la vida. Que sea Él quien nos de la capacidad de encontrar lo positivo en lo negativo, y aun en la adversidad y la tormenta podamos ser capaces de avanzar con su ayuda.

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