24 dic 2012

La oportunidad de la Navidad








“Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada” Lucas 2:7 (NVI)

Celebrar una navidad llena de regalos inesperados, luces, y la compañía de seres amados es el anhelo de muchas personas. Pero en realidad a veces puede ser completamente diferente.
Muchos lloran la ausencia de un ser querido, otros se encuentran lejos de casa y muchos otros no tienen con qué celebrar.

Por eso es fundamental recordar el verdadero significado de los hechos que celebramos en estos días.

La navidad empezó con dos jóvenes cansados que no encontraban un lugar para dormir y un niño naciendo en un pesebre en Belén.  Si sabemos que el niño era un príncipe y el ser más poderoso que jamás nunca haya nacido en el planeta tierra. Sin lugar a duda llego ahí, a un lugar destinado al cuidado de animales de campo. ¿Por qué? En navidad, Jesús nos dio una gran lección antes de respirar. 

Jesús venía a identificarse con los humildes, a estar cerca de los que están desprotegidos y aquellos que padecían necesidad, si todos entendiéramos eso, la navidad verdaderamente sería el tiempo más feliz del año.

Los creyentes deberíamos ser los primeros en usar este hermoso tiempo como una oportunidad para mostrar la intención de Dios al enviar a Su Hijo a nacer como un indefenso bebé en la tierra.

Navidad es más que un tiempo para celebrar, acercarnos a los que aparentemente no tienen un motivo para celebrar, una oportunidad de encender las luces del amor y decorar con nuestra sonrisa donde hay dolor.

Que puedas este día ser un regalo para alguien, así como Jesús fue un regalo para ti.

15 dic 2012

Tres razones para hablar de sexo




“Y conocerás la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8:32)

Es muy importante como cristianos hablar de este tema, por tres razones: No decir nada al respecto es alimentar la ignorancia. 

Muchas personas han creído y creen que no se debe hablar de esto, debido que el silencio transmite la idea de que se trata de algo oscuro, malo y oculto, el sexo no tiene nada de malo en sí mismo, Dios lo diseñó, Él con toda su santidad lo ha creado.

La Palabra de Dios dice bastantes cosas al respecto y podemos hoy encontrar el soporte de libros cristianos y hasta seculares que afirman que la Biblia tiene razón en sus recomendaciones. 

De sexo sí se debe hablar porque hay mucho que aprender de los mejores planes del cielo para la sexualidad.

El mundo habla demasiado al respecto.

Si los líderes, pastores, los padres no dicen nada, los jóvenes solo tendrán como base lo que escuchan en los medios de comunicación, por favor, no te quedes con lo que dice MTV, Ricky Martin, las canciones románticas del momento, etc.

El mundo habla demasiado al respecto pero siempre dice lo mismo: “Hay que satisfacer las ganas” y “Sexo y amor son la misma cosa”. Dos mentiras con consecuencias tristes. No se puede ni se debe antes del matrimonio.

Nosotros tenemos la verdad.

¿Quién mejor que Dios para decir qué es lo que nos conviene? Las personas tienen la idea equivocada  de que Dios da mandamientos aburridos y sin sentido que solamente tienen como fin mantenernos a raya y preocupados, aburridos. ¡Nada más lejos de la realidad!

Dios quiere lo mejor para nosotros sus hijos, y cuando nos dice que algo no nos conviene es porque en realidad es así. Vivir en los planes de nuestro Dios es lo más inteligente que podemos hacer por nuestro futuro.

Jesús es la verdad total, todo lo que Él nos recomendó es una receta para tener una vida exitosa. 

Podemos hablar de sexo y es necesario hacerlo; pero lo mejor es hablarlo con personas que posean una perspectiva cristiana y experiencia, sobretodo sabiduría, como papá y mamá, o como los líderes de la iglesia.

Te pregunto:
¿Con quién puedes hablar de Sexo?
¿Cuándo te animarás a hacerlo?

Pidamos a Dios, y demos gracias por el regalo de la sexualidad. Que sea Él quien nos ayude a administrarlo bien de manera que podamos ser felices y no tomar ninguna decisión que nos lastime.

13 dic 2012

Las águilas y las tormentas








Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: Correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. (Isaías 40:31)

Dicen los observadores de las aves que las águilas saben que se acerca una tormenta mucho antes de que empiece. 

Por eso, si están en pleno vuelo van a un sitio más  alto para esperar los vientos que vendrán.

Cuando la tormenta comienza, colocan sus alas de tal modo que el viento las lleve por encima. Simplemente la utilizan para elevarse más alto, usan los vientos que trae la tormenta y hasta pueden llegar a su nido con mayor velocidad, si es allí que se dirigen. 

Como las águilas, todos nosotros también pasamos por tormentas, la vida tiene sus nubarrones y también vientos que pretenden cambiar nuestra dirección. Pero si reaccionamos a esas tormentas de la manera correcta, podemos usarlas a nuestro favor.

Por ejemplo, para trabajar nuestro carácter, ganar en paciencia, aprender a delegar el control y valorar más nuestros logros, por citar algunos de los beneficios.

Las tormentas no tienen que desviarnos. Con la actitud correcta podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas, que nos eleve para pasar por arriba de esas circunstancias.

¿De qué depende que seamos capaces de volar más alto durante las tormentas?

Debemos pedirle a Dios que él nos permita reaccionar correctamente frente a las tormentas de la vida. Que sea Él quien nos de la capacidad de encontrar lo positivo en lo negativo, y aun en la adversidad y la tormenta podamos ser capaces de avanzar con su ayuda.